PRESOS POLÍTICOS O POLÍTICOS PRESOS

 





PRESOS POLÍTICOS O POLÍTICOS PRESOS

 

Me molesta que digan que tengo presos políticos. No los tengo. (Alberto Fernández)




La condena firme que castiga al ex vicepresidente, Amado Boudou, ha llevado a un sector del Frente de Todos ha reclamar la libertad por los que consideran los presos políticos.


En una solicitada publicada en los medios afines, puntualizan que se encuentran encarcelados por sus convicciones y actividades de tipo político

 

Señalan que existe una persecución contra militantes y dirigentes de la experiencia kirchnerista y que es una guerra que se despliega con medidas judiciales, noticias falsas y la creación de un clima de odio e intolerancia.

 

Reclaman la libertad de Amado Boudou y de todos los presos y presas políticas.

 

Aime es una figura emblemática de la experiencia política de Cristina.

 

Sus desventuras no comienzan con el atribuído Lawfare del gobierno de Macri, ya que la causa Ciccone se inicia en el año 2012.

 

Una de sus anécdotas iniciales fue el contrapunto de Aime con el entonces Procurador General de la Corte: Esteban Justo Antonio Righi.

 

Designado por Néstor Kirchner, en junio de 2004, en virtud de la propuesta de Alberto Fernández, en su condición de Jefe de Gabinete de Ministros, registraba un notable curriculum.

 

Había sido Ministro del Interior de Héctor Cámpora, a los 35 años. Redactor de la ley de amnistía de entonces; responsable con Juan Manuel Abal Medina de las gestiones de liberación de los presos políticos, en los momentos álgidos de las primeras horas de gobierno, con expresiones del tenor “el orden interno es un orden revolucionario” y de un discurso histórico ante los cuadros de la Policía Federal, en el cual, sus contenidos más destacados fueron; “no reprimir reclamos del pueblo” y “respetarlo en cualquier situación y circunstancia”.

 

Profesor Titular de Derecho Penal de la UBA; Profesor Emérito de dicha casa de estudios; Premio Konex; Director de Postgrado de Derecho Penal y de la Convención de Postdoctorado. Autor de varios libros publicados en el país y en el extranjero.

 

Para Alberto Fernández es el querido maestro. Fue su titular en la cátedra de Derecho Penal, que irónicamente hoy es “Teoría del Delito y Sistemas de la Pena”.

 

Cuando se inician las investigaciones, el Procurador resiste las presiones del Vicepresidente para instruir a los fiscales y la deriva de la agresión infructuosa se traslada al Estudio Familiar, donde la infamia se personaliza en la esposa de Righi, la abogada Ana María García, quién es denunciada por tráfico de influencias.

 

El embate de Aime afecta la dignidad, integridad y sensibilidad del Procurador. Como corolario desgraciado de la injusta acometida, renuncia al cargo y Cristina acepta su dimisión en el mes de abril de 2012.

 

Triste e inolvidable situación para Alberto Fernández, quién advierte la fatal elección presidencial por el militante de la UCD, gestor de confianzas, habitante de un médano costero y el desplante al caballero histórico y distinguido profesor, para favorecer el destino del grosero abusador.


La condición de vice presidente, electo por su exclusiva y excluyente voluntad, no le dejaba alternativas a su decisión.

 

Imposible entender el comportamiento presidencial actual sin registrar el dolor del mal trato al maestro, el injusto atropello y el abuso insultante. 


La crueldad del método extorsivo ha sido una herida abierta al corazón del constructor político paciente, atento a sus afectos vitales y entrenado en las idas y vueltas de los entramados del poder.

 

El 30/05/2014 Alberto Fernández escribió en La Nación: “Boudou: Game Over”. En dicho artículo, el profesor de derecho penal sella la suerte del condenado y lo hace con la exposición del delito y de la pena, muy acorde a su especialidad, a la memoria y al recuerdo de su mentor académico.

 

El Presidente reconoce la existencia de irregularidades en los juicios e incluso arbitrariedades, en particular, con los procesos de Cristina.

 

Rechaza la existencia de presos políticos.

 

Como se resuelve el embate. A la par de Boudou, vienen Schiavi y Jaime, también con triple conforme de la Justicia Penal.

 

Un particular recuerdo para el inolvidable José López, ex Secretario de Obras Públicas, y su noche de furia en el Monasterio con bolsos y ametralladora, víctima de presiones amigas y amenazas furtivas para cargar millones inexplicables. 

 

En su situación de arrepentido, colaborador y condenado no figura en los reclamos puntuales.

 

Lento, sin prisa, pero sin pausa, avanzan las causas de Cristina. Simplemente a tiro de un resultado electoral.

 

El inefable Julio de Vido, dueño de incontables silencios, espera su suerte en un recorrido de infaustas noticias para su destino personal.

 

El universo judicial se tensa por las necesidades políticas. 

 

El horizonte se cristaliza y se ordena con mayor claridad. La corrupción ha dejado de ser una cuestiòn local y gana la agenda internacional. 

 

Las amnistías, los indultos, requieren una clara situación de antecedentes que los justifiquen y un acuerdo político entre distintos sectores.

 

Existe un camino para imitar. A la par de la provisión de la vacuna rusa, el modelo de autoinmunidad sancionado por Putin para todos los ex presidentes rusos. Fácil y sencillo.

 

Incluso, Donald Trump, en sus últimos días de gobierno, a la par que progresa el impeachment en su contra, también ensaya las formas del autoindulto para evitar su próxima vida de conflictos y visita eterna a los Tribunales y Cortes de Justicia.

 

La reciente solicitada culmina con el reclamo de la libertad de Amado Boudou y de todos los presos y presas políticas.

 

Tienen la palabra el Presidente y el Congreso de la Nación.

 

El problema para las formulas revolucionarias sigue siendo la democracia. 


Además de elaborar sus íntimos dolores, el Presidente tendrá que valorar costos y oportunidad.

 

El peronismo solamente ha sido un visitante ocasional de los extremos. Basta recordar la expulsión de Perón en la Plaza de Mayo a la juventud que alentara en sus alegatos progresistas.

 

El Presidente es tributario de la gratitud y del afecto académico y personal. 


Tiene una deuda de honor con su admirado mentor en los claustros.


En su teoría del delito y de la pena, Boudou es un político preso. 


Al señalar que no es partidario de un indulto, le traslada la cuestión al Congreso para que Cristina, Máximo y Massa encaminen el proyecto de amnistía y asuman el compromiso.


En el peronismo, cuando haya que votar la inmunidad de Boudou, siempre estará el recuerdo presente de un grande de su historia, Esteban Justo Antonio Righi, el recordado "Bebe", y será muy difícil que los compañeros lo hagan en contra de su memoria, reconocimiento e historia de lucha.


Es tormentoso, dificultoso, gestionar y  ordenar tantas contradicciones. 


Inmunidad e impunidad. No importan las formas. Esa es la cuestión.


El Presidente, abogado, profesor de Derecho Penal, se encuentra ante un problema político fundamental en la alianza de gobierno. Llevan un año y no encuentran la solución política.


Tendrán que meter mano en la Justicia.



 

 

 

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