LAS INTERNAS CERRADAS. EL LAWFARE NO CLAUDICA Y SU CAMINO A LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS.

 





    LAS INTERNAS CERRADAS. EL LAWFARE NO CLAUDICA. SU CAMINO A LA CORTE     INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS.

 



        En las vísperas de un año electoral, con la pandemia en acecho, la economía en picada, el acuerdo con el F.M.I. en agenda pendiente, el ministro de economía en apuros con las insistentes correcciones senatoriales y la Jefa afinando el lápiz para las listas definitivas, a quién se le puede ocurrir llamar a internas abiertas para elegir representantes en las Cámaras y los Consejos Deliberantes.

 

         Esto de armar los listados es patrimonio histórico del vértice superior del poder. La máxima que inspira al Máximo, por tradición paterno-materno-filial, es vamos a conversar, pero yo decido. En todo caso, siempre, ella tendrá la revisión y palabra final sobre las nóminas y su orden.

 

         El proceso de transición Albertario exige la expansión de la “Orga”, con lugares para algunos de los otros, pero con dominios planificados, muy especialmente en el espacio territorial bonaerense.

 

         La oposición deberá dirimir sus diferencias internas como pueda, pero al oficialismo le basta la lapicera y una mano hábil, fuerte y enérgica.

 

         Las denominadas PASO, dejan de ser internas abiertas y mucho menos obligatorias. Las necesidades políticas imponen los cambios de rumbo. 


                Los íntimos no pueden faltar. Los demás, no importan y es cosa de los imprescindibles, por supuesto al juicio más reservado del secretismo familiar y culto de los incondicionales.

 

         Nada de normas de sujeción que brinden certezas y estabilidad. Siempre creaciones particulares, para cada ocasión y acorde a las exigencias circunstanciales, con mérito  de lo oportuno y conveniente.

 

         El poder político ocasional establece las reglas del juego. Todos rinden tributo a la Corporación mayoritaria del momento. Es la organización de la sucesión por sí mismos y para sí mismos. 

 

         Algunos se van, pero la mayoría siempre está. La clase social política, como distinguida para gobernar y gobernarse, con algunos maquillajes y cosmética, pero para que todo siga igual.

 

         En estos días de condena para Aime, los fervorosos seguidores de Cristina cuestionan la supuesta parcialidad de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que en decisión unánime (imprescindible destacarlo), rechaza el recurso extraordinario y deja firme su condena penal. 

 

         Se suceden las críticas, del Jefe de Gabinete, Gobernador de Buenos Aires, organismos y asociaciones, al amparo de la doctrina del Lawfare y de la persecución política por medios judiciales.


         En el escenario de los ataques, se consagran dos silencios muy sonoros. El del Presidente de la Nación, prisionero de dichos anteriores y escritos y el del Presidente de la Cámara de Diputados, relevantes, ya que, con notable frialdad, suelen ir y venir en sus expresiones, sin memoria, ni verguenza de sus dichos precedentes. 

 

         Ninguno tuvo palabras en el tema. Ambos son expertos en desdecirse de sus conductas anteriores y de las contradicciones con sus propios actos, pero en esta ocasión no flamean las palabras en defensa del caído.

 

         Aime, gerente contable del entonces Director de la Anses (Sergio Massa), recomendado expresamente, para su sucesión en el cargo,  por el ascenso a  la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación, no obtiene ninguna referencia de su mentor.

 

         La desgracia en la vida política tiene pocos compañeros y muchas ausencias.

 

         Escala el enojo de la Jefa. A la par no se cae la ley del arrepentido colaborador. Los planteos de su constitucionalidad e ilegítima aplicación acaban de sortear el rumbo de la Casación Penal. 

 

         Indemnes llegan ahora a la Corte, sede donde las noticias son malas para las defensas.

 

         Es llamativo entonces la falta de embate Presidencial y de la Jefa contra la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

 

         Tendrán noticias de que la suerte y el empeño no los acompaña en dicha empresa. ?

 

         Los números del debate parlamentario serán esquivos en Diputados. ?

 

         Los gobernadores y aliados habrán cerrado filas para no acompañar en dicha guerra. ?

 

         Es al menos sospechoso que no pretendan consolidar la doctrina del “Lawfare” con el denominado y pregonado cambio de “Matriz” de la Justicia, que no es otra cosa que la pretensión de ampliar la integración de la Corte.

 

         Muy probablemente este sea el límite del Presidente de la Nación, quién nunca tomó parte en ello, y del Presidente de la Cámara de Diputados. Llegan hasta la Corte Suprema. Sus umbrales son infranqueables. Ese es el límite.

 

         Así se pueden explicar sus silencios actuales. Sin palabras contra la Corte Suprema.

 

         Al fin y al cabo, al menos tres de sus jueces tienen consolidada relación de antecedentes, trabajos, vínculos y amistades estrechas con el peronismo e incluso, por razones personales y profesionales, uno (el cuarto) es muy cercano al Presidente.

Afines, con pertenencia histórica al peronismo, en un grupo, y activa gratitud presidencial en el otro caso, conforman un universo previsible, respetado y valorado. En solitario, claramente minoritario yace un liberal clásico. 


Muy valorados por la Corporación.

        

         Por lo demás, fuera de contexto, pero como noticia relevante, la traición es inherente al peronismo. La practicó Néstor Kirchner, respecto a quién lo invistió con la candidatura presidencial. Es natural a la más fiel tradición del movimiento.

 

         La certeza de que la alianza tiene ese límite, seguramente, determina que sea una lucha estéril y una causa que no les resulta común.

 

         El embate final a la Corte Suprema es bandera minoritaria entonces en la coalición gobernante y la rescata la Orga en su postura extrema. Posición borderline del espectro político.

 

         No es del interés del peronismo histórico y tradicional. Anida su gente en dicha sede. Definitivamente, por qué molestarla si les pertenece. 

 

         Sutilezas del destino.

 

         Existe otro camino pendiente para el progreso del “Lawfare”. 

 

         Es el tránsito de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, sede laboral del inefable Eugenio Rául Zaffaroni, organismo muy caro a las organizaciones de derechos humanos y cuyas decisiones siempre dieron divergencias de opiniones en torno al efectivo cumplimiento en las jurisdicciones de origen cuando ya existían sentencias firmes.

 

         En la Argentina todavía no hay noticias claras sobre las novedades incorporadas por las reformas al Código Procesal Penal de la Nación.

 

         El artículo 366, en su inciso f), contempla la revisión de una sentencia firme, en todo tiempo, únicamente a favor del condenado...: “Cuando se dicte en el caso concreto una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos…”.

 

         Si la edad o condición biológica se lo permite, el locuaz magistrado estará pronto para dar fiel cumplimiento a su mandato.

 

         El progresismo siempre estuvo muy entusiasta por sumarse al organismo internacional y entonces es hora de pagar las deudas y gratificantes retribuciones en dólares, por la militancia en el extranjero.

 

         Para los que tienen dudas, es aconsejable la lectura de la Resolución 1/2020 del 24/11/2020, de la Comisión Bicameral de Monitoreo e Implementación del Código Procesal Penal Federal (B.O. 3/12/2020), lugar en la que el kirchnerismo tiene mayoría, con la cual se pone en vigencia la norma, casi en paralelo a la sentencia final de Boudou.

 

         El Kirchnerismo duro publica una solicitada expresando su preocupación por el fallo de la Corte Suprema de Justicia, sumado a lo que califican como otras graves actuaciones judiciales, destacando la aceptación de testimonios bajo presión y pone de manifiesto el sostenimiento del Lawfare como instrumento de disciplina y persecución hacia un proyecto político.

 

         Más que un mensaje para la Corte, se dirigen al Presidente y su socio en la Cámara de Diputados. 

 

         Siempre hay un punto en el que las alianzas se sacan chispas y los egos adquieren valoración excesiva.

 

         El destino actual de Boudou cala hondo en el frente judicial de Cristina. 

 

         Siempre hay excepciones a las reglas. 

 

         El peronismo hace gala y festeja el día de la lealtad, pero tiene una escuela de traiciones encadenadas. 

 

         Si la Corte se mantiene intangible, es por la existencia de un compromiso político que lo permite. Esa es la cuestión central. 

 

         La Corte Interamericana tiene varios años por delante en su empeño. Antes puede devenir la caída política de la afectada y con ello la abstracción de las urgencias.

 

         El problema es hoy. “Alea Jacta Est”. 

 

         Cumbre imperiosa: Cristina, Alberto y Sergio. 

 

         El proyecto invocado en la solicitada de Boudou es el proyecto del peronismo, de Alberto y de Sergio. ?

 

         Se encuentra en el mandato del peronismo ir contra la Corte que la representa ?

 

         Existe el amor perpetuo e incondicional en la vida política o la compañía termina en las puertas de entrada al cementerio.

 

         En el marco de la reforma judicial infructuosa, la Comsión Beraldi y 10 más que no encuentra fecha, en la agenda presidencial, para su acto formal de homenaje y entrega póstuma, la Corte apura los tiempos, por unanimidad en la causa Boudou, y envía un claro mensaje al universo vario pinto.

 

         Están en juego partidas definitorias. Silencios, broncas, traiciones. Días agitados para  las aguas extremas de la coalición gobernante.

 

         El Lawfare queda como bandera de una minoría, necesitada del peronismo para sobrevivir, ilustrada, creyente fervorosa en su habilidad y dominio, pero expuesta a las eternas picardías de los viejos maestros en el arte de la supervivencia política.

 

         Tiempos difíciles para Cristina. Sus socios guardan silencio en momentos  que ella necesita definiciones cruciales.

 

         Tendrá paciencia. Le ganará a sus enojos. Los tiempos se agotan y la Corporación no se vuelca en su defensa irrestricta.

 

         El silencio del Presidente es salud.

 

           




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