CON LA VANCUNA NO

 




                  CON LA VANCUNA NO

 

 

 

 

 

 

Terminamos el año con el relato épico de Víctor Hugo Morales despidiendo el vuelo de Aerolíneas Argentinas que viajaba a Moscú para traer las primeras dosis de la vacuna contratada, en el marco de silencios, reservas, contradicciones y gestiones inconclusas. 

 

Como capítulo final para el próximo 29 de diciembre, el debate parlamentario de la interrupción voluntaria del embarazo y la fórmula del ajuste jubilatorio.

 

Final abierto, con una votación ajustada, fortísima presión eclesiástica, en un país en que la Iglesia, tradicionalmente, ha sido firme defensora del status quo. Portadora de mantener el estado de las cosas en un determinado momento, que es sostener la regulación o control social en la forma en que se viene haciendo.

 

Particular agregado contemporáneo. Un papa pendiente de la cotidianeidad política local, con un viaje fallido a su tierra que alimenta todo tipo de suspicacias, en algún caso al extremo de considerarlo el autor ideológico de la reunificación peronista.

 

La historia del catolicismo por el protagonismo en las administraciones y gobiernos tiene sustento en que “…Toda teología es política…”, y en este caso, no hay visión alguna en la ampliación de derechos o el imperativo de salud pública que clama la protección del universo de las desfavorecidas por la suerte económica, sino dogmatismo e imposición categórica de la doctrina eclesiástica.

 

La historia demuestra que contra la Iglesia no se gobierna en la Argentina y mucho menos cuando la situación económica no es la adecuada.

 

Muy probablemente la votación arroje sorpresas y conductas imprevisibles, pero seguramente el designio papal estará presente para dar testimonial asistencia en la duda y la decisión final.

 

Indudablemente, los Senadores no estarán solos, ante su conciencia. Alguien rezará por ellos.

 

Las circunstancias que se viven en Europa, con la gravedad de la segunda ola pandémica, el aumento de los contagios, las muertes, ha determinado el inicio de la vacunación con los productos disponibles en el mercado. La inmunidad requiere mantener las medidas preventivas de cuidado y distancia social, pero se advierten desobediencias marcadas a la concurrencia de previsiones y protección social.

 

El gobierno tiene varias negociaciones abiertas, pero únicamente cerrada la provisión de la vacuna rusa Sputnik V. Fue desarrollada por el Instituto de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya y registrada en Rusia el 11/08/2020.


Actualmente está en la lista de la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) entre las 10 principales vacunas candidatas que se acercan al final de los ensayos clínicos y al inicio de la producción en masa.

 

Rusia y Astra Zeneca anunciaron que trabajarán juntos para mejorar la vacuna contra el coronavirus. Combinarán los trabajos hechos por la compañía junto a la Universidad de Oxford, con el Instituto Gamaleya.

 

Anunciaron un programa de ensayos clínicos conjuntos para articular sus dos vacunas, ya que ambas usan similares vectores.

 

Es probable que hayan existido en el gobierno errores, negligencias, omisiones  en las contrataciones de otras vacunas, incluso conductas sancionadas como la del embajador en China, pero ello no nos debe llevar necesariamente a politizar la calidad del producto por el origen del Laboratorio.

 

El Instituto Gamaleya tiene una tradición de excelencia que merece respeto e incluso, a la par que otras vacunas recibieron autorizaciones de emergencia, la Sputnik acaba de superar los ensayos para mayores de sesenta años.

 

Todas son hijas de la urgencia y la premura y lamentablemente con ellas se completa él círculo de países ricos y pobres. La secuencia de vacunación se hará presente en nosotros, luego de la provisión integral del hemisferio norte.

 

Mientras tanto que sean bienvenidas las distintas dosis, sin distinciones de cuestiones políticas, ni de ideología del creador.

 

Tenemos bastante con nuestros propios males. No perdamos también la sensatez.

 

Marchamos hacia un interregno hasta marzo, con el Ministro Guzmán, al amparo de su maestro Joseph Stiglitz, tratando de ordenar el gasto y ahorro fiscal, para acordar con el F.M.I., pero con Cristina muy atenta al crucial año electoral, pisando tarifas, evaluando, controlando precios, salarios y alentando el consumo de cualquier modo.

 

Máximo, abriendo la disputa territorial para presidir el PJ bonaerense y derramar su gente en las listas de concejales y diputados, en franca disputa con los barones del conurbano.

 

La oposición definiendo los candidatos en la crucial elección de Buenos Aires, armando para el combate sus más ilustres damas y la ciudad de Buenos Aires manteniendo su condición de objeto de las penurias presupuestarias y del ingenio de las restricciones y limitaciones oficiales. En este caso, todavía no media una actitud más enérgica del castigado alcalde, sumando rebeldía y actitud, a su tradicional tolerancia.

 

Macri, reserva su condición de elector, con reglas del juego y acuerdos para un paso al costado, si bien no definitivo o definitorio, por lo menos transitorio, para permitir la amplitud del consenso opositor. No hay jubilación anticipada.

 

El presidente, en pleno uso de su capacidad y habilidad innata para manejar las contradicciones del peronismo y sostener una eterna paciencia con Cristina, al límite de las humillaciones y el destrato de su gente.

 

Cristina se alza con el control del proyecto económico ministerial y fija las consignas: acumular desequilibrios para llegar a la elección. El déficit fiscal es una meta y nunca un punto de partida. 

 

Ganar la elección de cualquier forma es la única garantía de inmunidad, luego de un año de gobierno que no agotó sus afecciones judiciales. 


Los juicios progresan, la Corte no responde y las sentencias condenatorias con penas de prisión  invaden a los compañeros.

 

Siempre, están prontas la amnistía y el indulto, pero ambas necesitan condenas y muchos votos que las justifiquen.

 

La Patria es ella. Por eso, abajo Borges del frontispicio. No hay tolerancia para la diversidad en el centro cultural.

 

Nadie es la Patria, pero todos lo somos.

 

Alegoría definitoria. Nada que decir.

 

 

 

 

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