NUEVA DISTRACCIÓN: LA RUSA

 

                                                NUEVA DISTRACCIÓN: LA RUSA 

 

 

 

Han finalizado las filminas, las clases magistrales y las presentaciones conjuntas del trío protector. La Cámara de Diputados ha enfriado el tratamiento de La Reforma Judicial, la Comisión Beraldi y diez más debate en reservas el funcionamiento de la Corte Suprema de Justicia de La Nación, para asesorar e informar al Presidente sus conclusiones, seguramente disidentes entre si, la cuestión del Aborto Legal divide las aguas, ante lo cual Massa se proclama neutral y el combate con el dólar brinda un espacio de relativa tranquilidad y sosiego.

 

Nos acercamos a los calientes y fervorosos días de fin del año, con tradiciones turbulentas y tumultuosas.

 

La Corte Suprema sentenció, sobre la relativa y transitoria estabilidad de los jueces, sin contentar a unos y otros en forma excluyente. Repartió buenas y malas y pudo salir del brete en forma airosa, sin perjuicio de los esquives y gambetas.  Ninguno la puede levantar como bandera propia.

 

El Ministro de Economía se empodera como figura excluyente para la negociación de la deuda con el F.M.I y, además, fuera de agenda, intentar el logro de algún extra para compensar el buen comportamiento y los deberes. 

 

Es un fin de año plagado en zozobras económicas y pandémicas, pero sin conflictos sociales, como logra siempre el oficialismo al tener entre sus socios a los dirigentes gremiales y sociales.

 

De pronto, de manera imprevista para el común, tras una gestión reservada, silenciosa, se proyecta un plan de vacunación masiva para enfrentar el virus en esta nueva etapa.

 

Lo que se propone como obligatorio, muta en voluntario, a la par que la falta de certezas y un mar de dudas.

 

Destino de la misión secreta: Rusia. Ejemplo de inversión estatal en innovación, ciencia y tecnología. Fundamentalmente coherencia ideológica.

 

Bienvenidos al nuevo show del escenario nacional: bondades y beneficios de la ciencia rusa, sobre las inversiones privadas del mundo occidental.

 

Tenemos entonces un entretenimiento asegurado al menos hasta fin de año. 

 

La fiesta está servida. Los especialistas, en muchos casos auspiciados por intereses de laboratorios, sentenciarán sobre las bondades de las experiencias y sus secuencias de ensayos y pruebas.

 

Al principio de la pandemia fue el elogio de la lentitud. Ahora, la prontitud, el apuro: vacuna ya.

 

La sensatez,  prudencia, equilibrio, no resulta redituable en términos políticos. 

 

El modelo ruso, con secretos y reserva de estado y el europeo-anglo-sajón, con intereses privados y medios de comunicación.

 

La Argentina carece de equilibrio y ponderación. Vive en los extremos y no respeta los tiempos razonables de las cosas.

 

Nos vamos alegremente de un aislamiento obligatorio que constituye record mundial a un plan de vacunación masiva, que desborda inmediatez, sin la certeza de cómo ha sido la implementación de la vacuna en su lugar de origen, ya que al momento aún se encuentra en la fase 3 de su desarrollo.

 

Los tiempos de los políticos obedecen a sus propias necesidades y no coinciden con las de la gente. 

 

Una decisión de salud pública, tan especial y de tanto compromiso, necesita un amplio debate y más razones y fundamentos que apuros.

 

Como se justifica la urgencia para emprender el atajo que elude las regulaciones estándar y la falta de estudios completos.

 

Es una decisión apresurada, víctima de una batalla diplomática y económica, sin estudios de tolerancia y eficacia.

 

La vacuna apresurada constituye un riesgo para la seguridad y su uso prematuro no puede comprometer la responsabilidad del Estado para justificar el plan de vacunación masiva y obligatorio. 

Tendrán que reflexionar y calmar sus ansiedades políticas con un programa de cumplimiento voluntario. 

La realidad contrasta con los planes fantásticos y el relato progresista.

 

Además, deberán tener un antídoto contra la desconfianza.