LOS CIUDADANOS QUE MIRAN Y ESPERAN


 


                            LOS CIUDADANOS QUE MIRAN Y ESPERAN

 

 

Mientras los políticos continúan con sus enfrentamientos y disputas, los ciudadanos absortos los miran, escuchan y esperan comportamientos acordes a la tragedia viral y económica que les toca en suerte.

 

Se suceden acontecimientos extraordinarios, con un virus que se expande y la agitación social que se potencia. Tomas de tierras, protestas policiales, limitaciones a la actividad económica, atribución y reparto de culpas por doquier, incidentes en el Congreso, incumplimiento de decisiones judiciales, como notas distintivas de una ruptura en el orden de la convivencia ciudadana.

 

Convocatoria a un diálogo fallida por la implementación sorpresiva de una decisión unilateral que afecta los ingresos regulares de una jurisdicción en beneficio de otra. 

 

Es la utilización del conflicto como técnica de implementación de las políticas de gobierno. 

 

Para remediar un reclamo que se considera justo, pero mal implementado al amparo de un procedimiento ponderado como ilegítimo, se genera un incidente institucional, que pudo haber sido evitado.

 

Ahora bien, la materialización del rumbo de colisión, por la quita de fondos propiciada, es una decisión efectiva, valorada y ponderada como necesaria y positiva.

 

Es decir que por más que en las palabras se refiera el diálogo, en la acción concreta se rescata el conflicto. Es una contradicción insalvable del expositor.

 

En verdad, no hay que atender a lo que se dice, sino a lo que se hace.

 

El mensaje político se encuentra desbordado de contradicciones y dualidades. No hace falta ser muy memorioso para recordar posturas divergentes en uno u otro momento.

 

El problema actual es que la situación resulta extrema. A la habitualidad Argentina de vivir en crisis cíclicas, se le suman tragedias globales y la escasa imaginación gubernamental que no trasciende de sacarles a unos para darles a otros.

 

Todo queda en un achatamiento social general y en generar una mayor cantidad de humildes.

 

El Estado pasa a ser el único generador de actividades y la iniciativa privada se relega sin estímulos, beneficios o medidas que promuevan iniciativas o emprendimientos.

 

Los ciudadanos no pueden ni deben esperar las soluciones exclusivamente del Estado. 

“No preguntes que puede hacer tu país por ti, sino que puedes hacer tú por tu país” (John F. Kennedy, discurso de investidura 20/01/1961).

 

Los ciudadanos deben advertir que se encuentra en juego el modelo de país. Es imprescindible estimular la inversión privada y brindar garantías de seguridad jurídica. El sector privado es clave en la generación de riqueza.

 

Tenemos que buscar la forma de construir confianza y oportunidades de inversión, pero es fundamental que el discurso político transcurra en otros carriles. Estimular la inversión privada es clave para el desarrollo.

 

Fijemos estos hechos tremendos y las respuestas de los políticos. Tengamos memoria al momento de reflexionar el voto. 

 

Miremos y esperemos para dar una opinión certera. Los momentos de crisis son también oportunidades. 

 

Analicemos pacientemente las contradicciones del mensaje y la acción propuesta. Reflexionemos y seamos memoriosos. 

 

Habrá oportunidades. La democracia es una construcción permanente. 

 

 

 

 

 

 

 

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