LA NUEVA NORMALIDAD EN LA PANDEMIA VIRAL Y ECONOMICA Y LOS REPROCHES RECIPROCOS ENTRE LOS POLITICOS

 


LA NUEVA NORMALIDAD EN LA PANDEMIA VIRAL Y ECONOMICA Y LOS REPROCHES RECIPROCOS ENTRE LOS POLITICOS

 

 

 

            El país se acomoda a una etapa evolutiva dolorosa pero previsible de la pandemia viral y económica que nos asola.   Se suman los infectados y progresa la curva negativa en todos sus rubros. Las tasas de contagios, mortandad y letalidad crecen.

 

            Lo que resulta inaceptable es la disputa política de oficialismo y oposición respecto al reproche de responsabilidades mutuas.

 

            Es un tiempo de prudencia y reflexión. De proyectos y de planes. Es momento de acuerdos y consensos.

 

            No hay razón posible para que los ánimos continúen crispados y el debate político se oscurezca. 

 

            Nada volverá a una clásica normalidad. Cada uno de nosotros será diferente y la realidad alumbra un horizonte de sorpresas.

 

            Se tomaron decisiones con base en criterios científicos. Se vive una situación de emergencia que pone a prueba el orden constitucional.

 

            La división política le otorga más letalidad al virus. 

            

            El impacto sobre la vida y la economía es catastrófico.

            

            No existe el mejor método y la infalibilidad de un modo específico para enfrentar algo inesperado y de increíble magnitud.

 

            No existen salidas unívocas y concluyentes.

 

            Las políticas crecen y se desarrollan ante las evidencias. Se construyen sobre el acierto y el error y aún en las fases avanzadas del contagio existen diversidad de respuestas.

 

            En los países europeos también se advierte que los relajamientos  prematuros de las restricciones de distanciamiento social pueden derivar en una segunda ola de contagios.

 

            Es el momento de reflexionar para construir acuerdos políticos que atiendan las múltiples dimensiones de la crisis.

 

            Es el tiempo de un gran consenso social con el protagonismo de líderes que inspiren confianza.

 

            No se deben alimentar conflictos. Esta al desnudo la precariedad y la fragilidad del sistema político. Debe privar el realismo y la moderación ante el desconcierto y la impotencia que se expande.

 

            Es un curioso escenario de seguimiento y monitoreo de los ciudadanos para ordenar y gestionar un sistema de salud eficaz y eficiente en la pandemia. Necesariamente e inevitablemente se limitan las libertades en aras de la salud pública.

 

            Debe darse curso al camino iniciado entre el Presidente y el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en cuanto a la construcción de consensos y articulación de políticas de estado. 

 

            El consenso político y el diálogo social que es habitual en otras latitudes, es indispensable ante una realidad tan extrema.

 

            El conflicto como método debe ser desplazado.

 

            Es prioritario equilibrar el acuerdo y el desacuerdo.

 


            



 

            

Comentarios

  1. Ricardo Ortiz: estoy muy de acuerdo con vos. La gravísima emergencia impone adoptar una agenda común en favor del BIEN COMÚN. Cualquier agenda que no esté en línea con el BIEN COMÚN debe postergarse. Entre todos debemos cuidar las reglas del debate para que el debate sea posible. Te mando un abrazo grande. ¿Hay lugar para una PD? Quise suscribirme para recibir información por correo: ¡era más fácil hacer un recurso federal! Otro abrazo!

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    1. Hola Isidoro. Que lindo escucharte y leerte. Son mis primeras armas. Ya mejorará el sistema. Abrazo

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