TAN CERCA, TAN IGUALES Y TAN DISTINTOS. Redacción original. Este artículo fue publicado en el diario El Día de La Plata el13/08/2020, pero en una versión abreviada.
TAN CERCA, TAN IGUALES Y TAN DISTINTOS
Unos días atrás el Profesor Titular de la Cátedra de Derecho Administrativo II, de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata (U.N.L.P-), Dr Carlos Botassi, publicó una columna con el agudo análisis del proyecto de Reforma Judicial elevado recientemente por el Poder Ejecutivo al Congreso de la Nación. Es bueno recordar también que se trata del Ex Decano de dicha Casa de Estudios.
El titulo del artículo adelanta un compromiso del autor con un pensamiento fulminante respecto a la insistencia de los políticos en consumar el dominio del Poder Judicial (La Corte como botín político de los gobiernos de turno. Diario El Día de La Plata. 1/08/20).
En el mismo se analiza con sumo detalle la cuestión reiterada en nuestro debate público, acerca de la insistente, tozuda y descarada intentona de modificar el número de integrantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Me parece útil y conveniente comparar algunos aspectos de esa sistemática batalla de los políticos argentinos circunstanciales, con los avatares vívidos en la República Oriental del Uruguay, a la par de realizar algunas amables referencias a la vida republicana y democrática de nuestros queridos vecinos.
Además, destacar otras simplezas de la convivencia democrática de los hermanos uruguayos, de muy fácil comprobación objetiva.
En primer término, se encuentran frescos los recuerdos de la visita conjunta del Presidente en ejercicio Dr Tabaré Ramón Vázquez Rosas y del Presidente electo Dr Luis Alberto Aparicio Alejandro Lacalle Pou, para la asunción del Presidente Alberto Fernandez.
La imagen del Presidente saliente Dr Tabaré Vázquez, llegar del brazo del futuro Presidente Luis Lacalle Pou, a saludar juntos al Presidente Argentino, ha sido un mensaje muy uruguayo sobre lo que es posible, aún en medio de serias discrepancias. Verdaderamente un “uruguayismo auténtico”. Dichas imágenes recorrieron el mundo. Ambos construyen una potente imagen democrática y republicana (Uruguay: Presidencia. 10/12/19; El Pais.com.uy 10/12/19).
Otra circunstancia inusual para la región fue la forma de encarar la lucha contra la pandemia de ambos Presidentes. Priorizaron rescatar las coincidencias sobre el combate a la crisis sanitaria del coronavirus y de la economía y dejar de lado las diferencias (La Nación.com.ar del 27/05/19).
Ahora bien, cual ha sido la forma de tratarse en ambos países la pretendida modificación del número de integrantes de la Corte Suprema de Justicia que ocupa actualmente la agenda pública.
En la Argentina, es necesario acudir al excelente artículo publicado por Julio Juan Piumato, sindicalista, abogado y político (El Número de Miembros de la Corte y la calidad institucional de la Argentina. Infobae 12/07/2020; Análisis Digital.com.ar 12/07/20).
Su precisión es demoledora. Puntualiza y demuestra que: ningún gobierno desde la vuelta a la democracia ha obviado prometer una reforma judicial, ni tampoco ha demostrado que esa declamación fuera un compromiso con una mejor justicia.
Así prueba de toda patencia que a lo largo de nuestra historia el debate del número de integrantes de la Corte jamás estuvo relacionado con un mejor funcionamiento de ella o de todo el Poder Judicial.
Este trazado histórico debe ser de lectura obligatoria para valorar la trágica decadencia institucional de nuestro país.
Concluye de manera demoledora para resaltar la frágil memoria de los argentinos: La renovación de los miembros de la Corte se da con el tiempo y refleja los cambios que se dan en la sociedad, no en la política y cualquier intento de alterar ese orden es un atajo para controlar al poder judicial en su conjunto y degradarlo para someterlo desde su máxima autoridad.
Este debate que se inicia en el Congreso para tratar el Proyecto de Reforma Judicial enviado por el Poder Ejecutivo y su suerte representa el eje estructural sobre el que se edifica una Argentina posible.
Rechazar la modificación del número de jueces de la Corte es un compromiso republicano y del Estado de Derecho.
Es un momento completamente inadecuado en el marco de la emergencia sanitaria y económica.
Carece del más mínimo consenso democrático.
No hay un número mágico de integrantes de la Corte. Lo sano es mantenerlo estable.
Estamos en un país agobiado y empobrecido. Esta discusión corona el extravío de la clase política. Lo prudente es mantener el número actual (Santiago Legarre. La Nación 3/06/20).
A todo esto, como se trata esta cuestión en la República Oriental del Uruguay. La integración de la Suprema Corte de Justicia, con cinco miembros, es una imposición constitucional desde 1934 (artículo 234). Las Constituciones anteriores (1830 y 1918) dejaban a la ley la fijación del número de miembros de la Corte.
El establecimiento de este número de integrantes de la Suprema Corte ha sido objeto de críticas y de proyectos de modificación. Pero estas propuestas no han tenido nunca andamiento.
La ley no posee aptitud jurídica para alterar ese estatuto, de origen y de naturaleza constitucional.
De tal modo, el estatuto jurídico del juez constitucional, stricto sensu, en el Uruguay, es el estatuto jurídico de los cinco “miembros” o “ministros” de la Suprema Corte de Justicia.(Héctor Gros Espiel “El Estatuto Jurídico del Juez Constitucional. Uruguay. Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. www.jurídicas.unam.mx.bibliojurídica.org.)
Se requiere de una reforma constitucional para alterar el número de sus integrantes. Empresa que solamente progresa en el marco del consenso mayoritario de la ciudadanía.
Es necesaria la convocatoria del Poder Constituyente. Nunca el Poder Constituído puede emprender semejante desvarío.
Simplemente queda fuera del debate circunstancial del gobierno ocasional la alteraciòn del número de los jueces de la Suprema Corte.
Es asi como se construyen los consensos con políticas de estado. Absoluto respeto a la Justicia e imposiblidad de alteraciones por parte del poder constituído.
Acompañemos las diferencias entre el contrato social de una y otra orilla del Río de La Plata.
El Uruguay es un país en que los ex Presidentes caminan solos por la calle y se detienen amablemente a conversar con los ciudadanos. De uno u otro signo político, todos por igual.
Me toco en suerte encontrar en las calles de Carrasco al Dr Luis Alberto Lacalle Herrera, Presidente 1990/1995 y compartir una alegre y divertida conversación.
También tuve el honor, hace muchos años, de conversar con el General Liber Seregni Mosquera. En una plaza de Montevideo, sentado en una silla, con una mesa y en diálogo con la gente. Cofundador y Presidente del Frente Amplio en 1971. Preso en varias ocasiones, llamó a la lucha sin odio ni resentimientos (Discurso del 19/5/84).
Su funeral se realizó con honores de Estado y concurrieron autoridades del Frente Amplio, Partido Nacional, Partido Colorado y Fuerzas Armadas.
La náutica me llevó en muchas regatas a Colonia del Sacramento y a la Parrilla El Portón, donde Jose Mujica Cordano concurre con su Esposa Lucía Topolansky al comando de su incomparable VW y departe con todos los concurrentes.
La vida me permitió compartir la inauguración del Atelier en la Península de Punta del Este por una gentil invitación del Maestro Paez Vilaró y departir con los Ministros del Poder Ejecutivo en plena rambla y sin custodias personales, ni policías.
Todo ello en un marco extraordinario de diálogo y camaradería.
Sin duda, la genialidad del artista convocaba mentes libres de todo el espectro político uruguayo.
Es famosa la tradición de los ex presidentes que respetan ineludiblemente, en cuanto a reunirse periódicamente a conversar y discutir políticas de Estado.
Recuerdo plenamente cuando el gobierno de Jorge Batlle Ibañez reprogramó los depósitos a plazo fijo y fueron devueltos a los interesados en la moneda originalmente pactada y con un interés adicional.
Actualmente, Lacalle Pou y Tabaré Vazquez acordaron el modo de enfrentar la Pandemia, sin cuarentena obligatoria y con convocatoria a la responsabilidad social de los ciudadanos para quedarse en sus casas.
La trastienda de dicho consenso contiene deliciosos detalles de la conducta de ambos Presidentes.
Tabare Vasquez preparó una propuesta con los especialistas del Frente Amplio y llevó el documento, con la mayor discreción y reserva, a las oficinas de la Presidencia.
Lacalle Pou lo estudió con sus asesores y luego concurrió a la vivienda particular de Tabare Vazquez. Transcurridas un par de horas se retiró y en sus declaraciones a la prensa puso de manifiesto que tenían muchas mas coincidencias que diferencias. (El Observador, 26/05/20; Europapress/Internacional, 26/05/20).
En estos días un argentino publicó una carta al Presidente del Uruguay (Diario El País. Infobae 6/8/20) en la cual destaca: “Tan cerca en las distancias, las costumbres y la sangre, pero lejanas en el no saber como llegar a Ustedes. Que la ciudadanía pueda tomar conciencia de lo mucho que tienen”.
Desde hace muchos años que amo ese país y cada vez que llego es otro estado de mi mente (Gracias Uruguay, Fernán Saguier. La Nación 2/08/20).
En los festejos de las últimas elecciones, en la rambla de Montevideo convivían distintos colores y afiliaciones y la periodista brasileña Silvia Colombo, corresponal en América Latina del diario Folha de San Pablo, describe a un joven con un cartel que decía: NO PERDAMOS ESTE PAIS. (artículo “No perdamos a este Uruguay”, The New York Times, 10/12/19).
Uruguay es una condición inusual en Latinoamérica. Sus dirigentes políticos han construído un pacto progresista sin importar el bando.
La excepcionalidad uruguaya es esperanzadora.
“URUGUAY NOMA”.
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