RESERVA DE ESTADO

                                         RESERVA DE ESTADO.


                                     “Que se mueran los que tengan que morirse”   

                                                                                                                        (Expresiones atribuidas, en sus declaraciones, por el Presidente Alberto Fernández, a su predecesor, Mauricio Macri, en una conversación mantenida en forma privada entre ambos mandatarios) 

 

 

 

 

 

                  


            El Presidente, recientemente, formulo dicha referencia, atribuyéndola a una supuesta frase del ex Presidente respecto a la Pandemia Viral y Económica.


            Habría sido pronunciada en una conversación personal que sostuvieron ambos mandatarios.


            Como se compadece dicha declaración con el deber de guardar secreto sobre los asuntos que se conocen con ocasión del ejercicio del cargo público.


            Puede una urgencia política circunstancial conmover la obligación de sigilo y reserva.


            La reserva entre Jefes de Estado es absoluta. Es una práctica histórica arraigada en las democracias consolidadas, con claros ejemplos modernos en la política uruguaya y chilena, por citar ejemplos contemporáneos y vecinos.


            Existe una relación fundamental de confianza entre Presidentes. No hay motivo razonable para perjudicar al otro con motivo de una conversación de estado.


            El secreto se sostiene en la confianza recíproca que deben dispensarse, no solamente como garantía de privacidad, sino para explorar profundamente los caminos del pensamiento en aras de discutir políticas de estado.


            Se trata de hacerse cargo de valores de la condición humana y ética.


            Están en juego la discreción y la intimidad.


            Las declaraciones del Presidente ponen en juego lo que se debe hacer, el deber y  la obligación moral.


            Existe la reserva para que pueda transmitirse toda la información y a la par el vínculo garantiza las condiciones para hablar con libertad.


            El bien jurídico protegido es la intimidad.


            Se ha faltado a un cuidado adecuado mínimo.


            En momentos que el clima político se crispa, con  una situación pandémica grave, y enfrentamientos innecesarios, resulta incomprensible publicitar una conversación privada que genera un daño cierto, en contravención a deberes morales, al respeto y al mantenimiento de la lealtad.


            Es extremadamente delicado no haber garantizado el secreto como deber y prerrogativa, manteniendo fidelidad al orden público y al decoro.


            Los enojos políticos extravían aún a las mentes más sanas. 


            El Presidente deberá frenar la escalada. Es posible que detrás de los enfados frecuentes exista algún grado de frustración.


            La irritación por la marcha del 17A, la infrecuente exposición de los dichos de su colega, transforman su personalidad con un giro de la serenidad hacia los comentarios de autodescalificación.


            Deberá controlar el enojo antes que el enojo lo controle a él.


            

            

            


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