ES MARADONA Y VERÓN, ESTUPIDO


                                ES MARADONA Y VERÓN, ESTUPIDO.

 


 

            La historia de los argentinos se escribe con divisiones y enfrentamientos permanentemente.


            Actualmente, se encuentra agudizada por la relación dialéctica: “Amigo-Enemigo”. El pensador alemán Carl Schmitt es el creador de la disyuntiva como eje central del juego político.


            Este criterio exige el enfrentamiento permanente y el uso de todos los medios hasta que se derrote al rival.


            No se plantea el reconocimiento del otro. No hay adversarios que se disputen democráticamente el poder. Hay un enfrentamiento mortal que pone en peligro el plan revolucionario.


            A ello debe sumarse el “enemigo externo”. Culpar a los otros por los fracasos propios.


            El enemigo es en definitiva el que piense diferente, el que razona de manera distinta.


            Es la disputa contra el otro, nunca con el otro.


            Por el contrario, la deuda notable de nuestra clase política es construir con las diferencias. Acordar en el disenso. Proyectar en común.


            Todo esto va en desmedro de la mayoría absoluta y silenciosa de los argentinos que ven sucederse los gobiernos en un interminable escenario de disputas recíprocas, sin acordar políticas de estado y consensos que duren más allá de los límites temporales de un mandato.


            La pelea beneficia exclusivamente a una clase dirigente que se disfraza impunemente para adquirir uno u otro perfil que le permita un reciclaje y vigencia permanente.


            La centralidad de la mirada analítica (y política) en la producción de antagonismos,  que conduzcan al pleno desarrollo de la contradicción “Pueblo/Bloque de Poder”, explica que no hay socialismo sin populismo (Ernesto Laclau, “La Teoría del Populismo”, 2017, “Universidad de México).


El lazo social, en este caso, es el amor por el líder.


Hay política porque hay conflicto. Se ponen en consideración cuestiones de valores imposibles de resolverse a través de un consenso racional o del sentido que le demos a las palabras libertad e igualdad (Página 12. ¿Por qué Ernesto Laclau?., 19/04/2018).


            Ahora bien, ese es el pensamiento para la construcción política de un espectro determinado.


            Los defensores de un Estado democrático y republicano no pueden jamás crecer y desarrollarse bajo los mismos lineamientos. Por el contrario, resulta imperiosa la construcción de una amplia concertación que convoque al desarrollo no solamente de un programa de gobierno, sino a la convivencia libre. El eje es el consenso, el acuerdo o conformidad en algo de todas las personas que pertenecen a una colectividad.


            Rechazo del líder iluminado, respecto irrestricto a las instituciones, compromiso con la libertad y el Estado de Derecho.


            La fallida actuación del gobierno anterior, en el ámbito económico,  ha sido un esfuerzo frustrante que debe servir como experiencia fortuita, pero de ninguna manera podemos persistir en repetir incesantemente los errores con las mismas personas.


            Este histórico enfrentamiento, es estimulado como método de la acción politica.


            Los platenses podemos representar esta grieta absurda con la triste realidad que simbolizan la silenciosa disputa entre Diego Armando Maradona y Juan Sebastián Verón en la ciudad.


            Tenemos al mejor jugador del mundo. Quién nos emocionó y conmovió hasta el llanto por su incomparable e increíble actuación en los Mundiales de Futbol de México e Italia.


            Juan Sebastián Verón resulta el jugador más preponderante en la Historia de Estudiantes de La Plata (Sabella dixit), múltiple campeón, integrante de la Selección Nacional y Presidente con logros de gestión incomparables.


            Imaginen un escenario conjunto con ambos referentes en el estrado y reflexionando sobre sus historias y anécdotas de selección y de la vida.

 

            Como pueden detenerse en las diferencias. Cuanto pierde la gente al no disfrutar de ambos con sus chispas y genialidades.


            Frente a las histerias futbolísticas , debe primar la caballerosidad, la inteligencia y la estrategia. La diferencia que hacen los distintos (y en nuestro caso si lo son), es similar a la que existe entre Los Rolling y Los Beatles o entre la Mac y el PC (Reportaje de Opinión. Bernard Henry Levy. El País 28/11/10).


            Desde las elecciones que ganara Bill Clinton, cada vez que alguien quiere  enfatizar la importancia de un asunto para la consecución de un objetivo, acude a una frase que colgaba en un cartel de su asesor de campaña, James Carville, “La Economía, estúpido” (La Nación 21/10/200; It’s the economics, stupid” C.N.N. en español, 11/05/2020).


            Maradona y Verón deberían pensar más en sus mensajes creativos y en la construcción en las diferencias: Los Platenses nos merecemos a ambos juntos y en el escenario.


            Sería un fantástico mensaje de los diferentes.

            

 

 

            

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