EL GOLF SEGUN AXEL KICILLOF

                               EL GOLF SEGÚN AXEL KICILLOF

                                                 “Angustioso no es no jugar al golf, es que se terminen las camas”.  (Axel Kicilof)

 

 

 


 

 

            Tal la reciente declaración contra los intrépidos golfistas. Almas en pena que se expresan en forma desconsiderada respecto del bien común.


            A la pobre y humilde angustia del golfista se contrapone la sobreactuación respecto a dicho deporte al amparo de la precariedad del sistema de salud pública. Olvida, eso si, la angustia del que pierde el trabajo, no puede pagar un alquiler, tiene el comercio cerrado, carece de efectivo para abonar sueldos (Fernando Laborda, La Nación 16/08/2020) y continúa en la deriva de la cuarentena eterna.


            La comparación del Golf con las Camas del Hospital es un desliz mental pícaro y sugestivo, sobre todo por los valores que representan uno y otro.


            Un juego deportivo y un bien esencial, preciado y de valor insustituible para la comunidad.


            Pero en verdad es una comparación de peras con manzanas. Son dos cosas tan diferentes que deben considerarse incomparables o inconmensurables.


            Ha hecho una falsa analogía entre ambos elementos.


            Ahora bien, cual es la respuesta del golfista a la interpelación cursada en términos de severa reprimenda.


            Nos encontramos con un Estado omnipresente. Acecha hasta en las reuniones familiares y sus funcionarios levantan la voz desde el estrado intimando al irresponsable ciudadano para que sujete sus impulsos y acate el aluvión autoritario.


            La Justicia y la Legislatura resignan sus actividades y solamente el Ejecutivo advierte, paraliza y sanciona a los ciudadanos que pretendan reclamar algún espacio para el ejercicio de sus libertades individuales.


            El cansancio y el hartazgo social llegan en el peor momento de la pandemia viral y económica. Los ciudadanos se encuentran ganados por el hastío y el agotamiento.


            Para un golfista es casi imposible acordarse de lo trágico que puede ser el mundo cuando uno está jugando al golf. Esa es la verdadera razón por la cual quiere volver a su mundo.


            Dicen que el golf es como la vida, pero, en verdad es mucho mas complicado.


            En el golf la distancia de seguridad está garantizada.


            La gente es consciente y responsable con las medidas sanitarias y construye un entorno saludable y seguro.


            No se pueden tratar todas las cuestiones involucradas en la pandemia con el reduccionismo único.


            Es hora de brindar respuestas serias y concretas, abandonando la generalización de una cuarentena cerrada y absoluta.


            De lo contrario, la gente abandonará el País Jardín de Infantes y comenzará a cuidarse al amparo de su propio sentido común, en el cual confiará mucho más que en el paternalismo estatal diseñado al amparo de la propia incompetencia.


            Debe abrirse el tránsito de está sociedad jerárquica y paternalista a una abierta y democrática (Loris Zanatta, La Nación 20/08/2020).


            La cuarentena y la escalada de impedimentos hoy es más un problema que una solución.


            El golfista es uno más de los muchos ciudadanos que quieren volver para articular su destino deportivo y existencial, despojado de las prohibiciones, limitaciones, intervención y asistencia estatal. Es lo suficientemente libre y responsable para adoptar las conductas de protocolo y seguridad.


            La condición humana no puede ver sometidas sus cuestiones esenciales a la inmensidad estatal y cada quién debe hacerse responsable de las consecuencias de sus decisiones y sus resultados.


            El confinamiento obligatorio ha cumplido su ciclo.



            

            

 


            

Comentarios

  1. Es evidente el absoluto desconocimiento de Axel sobre nuestro deporte y, por ende, de sus irreductibles Reglas que nos igualan ética y deportivamente. El golfista no transgrede las Reglas, las acata con absoluta humildad. Como no creer entonces, que respetará las reglas de convivencia y las acciones que lo lleven a preservar tanto la salud propia como la ajena..? En fin...
    Excelente nota... Felicitaciones. Muy buen enfoque...

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    1. Comparto tu comentario. La disciplina y conducta es propia de la etiqueta que caracteriza sus reglas.

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